La tierra es cubierta por unas
tiras de plástico cristalino o
de color negro según se
requiera, el cual permite
controlar el crecimiento de
hierbas, mantener la
temperatura y la humedad
adecuada según la temporada
de siembra.
Las plantas son sembradas en
dos líneas por cada cama, con
la distancia adecuada para que
cada planta pueda aprovechar
el agua y los nutrientes del
suelo, esta técnica estimula el
rápido crecimiento de cada
siembra.
El sembrado en camas tiene la
ventaja de conocer el número
exacto de plantas por
hectárea, y garantiza una
buena distribución y obtención
del volumen de producto
estimado por cada siembra.